La caldera es uno de los elementos de nuestro hogar que con más frecuencia se avería y hay que repararla, por lo menos una vez cada dos años. Este es un gasto que podemos evitar siguiendo algunos de los sencillos consejos que te daremos a continuación, que básicamente es haciéndole un mantenimiento periódicamente, y así reducirás gastos y evitarás peligros. Y es que en los próximos meses que se avecinan son en los que más usamos las calefacciones de casa y por ello la instalación tiene que estar revisada y lista para funcionar cuando sea necesario.
Y es que en muchas casas españolas no se presta demasiada atención a los problemas que pueden presentar sus calderas y desconocen los peligros que pueden derivarse. Todo esto viene de no tomarse en serio las revisiones y el mantenimiento periódico de la caldera. Si tu calefacción lleva tiempo sin pasar una revisión, todavía estás a tiempo, si dejas pasar el tiempo para ahorrar dinero recuerda que lo barato acaba saliendo caro. Por lo que lo recomendable es que una vez al año sea revisada por un profesional que visite tu domicilio.
Lo más efectivo suele ser contratar un servicio de mantenimiento con el proveedor o fabricante que ha efectuado la instalación y así evitamos que se nos olvide o se nos pase. Él dictaminará en qué estado se encuentra todo y garantizará por escrito el perfecto rendimiento. Porque aunque puedas pensar que es un gasto evitable de dinero, un mantenimiento adecuado te puede ahorrar una suma importante de euros en tu factura mensual del agua. Ya que te aseguras que tu caldera produce agua caliente de manera eficiente.
Y es que cuando una caldera empieza a tener problemas, arreglarla puede ser complicado y, en ocasiones, lento. Hay que llamar al servicio técnico y después asegurarte de que tienen las piezas adecuadas para su reparación. Con un servicio de mantenimiento contratado que visita anualmente tu domicilio estarás reduciendo las posibilidades de que surjan problemas imprevistos. Porque además hay algunos contratos de mantenimiento que ofrecen una cantidad de horas al año de reparación de forma totalmente gratuita e incluso piezas determinadas.
Por último, es muy importante también no correr peligro alguno y disponer de una caldera y una instalación totalmente seguras para ti y los tuyos. Porque hasta una pequeña fuga en la caldera de casa puede acabar en una fatalidad, ya que el monóxido de carbono no huele y para los habitantes de una casa, en la mayoría de los casos, es difícil de detectar. Pero si te expones durante un tiempo prolongado a este gas corres el peligro de sufrir serios problemas como daños cerebrales.