Muchas personas que viven en pisos de alquiler no saben quién debe pagar cada cosa. En estos casos es importante que tanto arrendador como arrendatario conozcan muy bien los detalles del contrato, pues es aquí donde se detalla todo, como por ejemplo el servicio de mantenimiento de las instalaciones.
En algunas ocasiones en el contrato de alquiler no vienen especificados algunos aspectos, en estos casos hay que ponerse de acuerdo entre ambas partes. En principio el casero debe hacerse cargo de todo lo relacionado con la propiedad, como el IBI, la comunidad, el seguro o el mantenimiento de la caldera, entre otras instalaciones.
En algunos casos es posible que el propietario no cuente con servicio de mantenimiento de las instalaciones, esto no es nada recomendable, ya que si surge alguna avería supondrá un gran desembolso económico. En estos casos lo mejor es contar con un profesional del mantenimiento de Zaragoza para que revise todas las instalaciones.
Por otro lado, el inquilino es el encargado de hacerse cargo de todas las facturas de gastos del piso, como por ejemplo el agua, la luz, el gas, el teléfono, el internet…entre otras. El inquilino debe afrontar todos los pagos que se midan con contadores individuales, ya que es el único responsable del gasto generado.
En algunos casos se puede romper alguna cosa del piso o simplemente dejar de funcionar, este pago será responsabilidad del inquilino en caso de que lo haya roto él. En caso de que aparezca una avería seria, como por ejemplo de la caldera, la lavadora, el aparato de aire acondicionado o el horno, será el propietario quien pague la reparación siempre que sea de su propiedad.
Este es uno de los principales motivos por el que merece la pena contar con un buen plan de mantenimiento de las instalaciones de la vivienda, ya que en muchas ocasiones las averías surgen por no realizar las revisiones periódicas o mantenimiento preventivo. Si se cuenta con este servicio se pueden evitar grandes desembolsos económicos.
En el caso de los pequeños gastos derivados del uso y disfrute normal de la vivienda, como por ejemplo la sustitución de bombillas o arreglos en las persianas, entre otros, serán responsabilidad del inquilino, ya que no es que se rompan sino que se desgastan por el uso que este le da en el día a día.
Si vives en un piso de alquiler o estás pensando en alquilar un piso, o por el contrario eres propietario de un piso de alquiler, no olvides contar con un buen servicio de mantenimiento de las instalaciones, ya que es una de las mejores maneras de evitar gastos de dinero innecesarios.