En los dos últimos años, más de 10.000 viviendas aragonesas con caldera central de gasoil han modificado su sistema de suministro para recibir el gas natural. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) estima por otro lado que instalar una caldera de gas siempre resulta más económico que apostar por una de gasóleo o eléctrica, especialmente si es de condensación. Y es que la calefacción representa casi la mitad, un 46 por ciento, del consumo energético de los hogares españoles, según un informe del Instituto de Diversificación y Ahorro Energético, IDEA.
Y es que, aunque el gas natural supone un ahorro económico por sí mismo, hacer un uso adecuado de la calefacción puede incrementar este ahorro. Ahora te daremos una serie de consejos útiles para optimizar el uso eficiente de los sistemas de calefacción. Uno de ellos pasa por el mantenimiento de los equipos de calefacción, dado que un equipo defectuoso suele consumir más. Hacer revisiones y el mantenimiento de la caldera cada cierto tiempo es una de las medidas que más ayuda al ahorro energético. Según el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), es necesario realizar un mantenimiento preventivo de la instalación térmica cada 2 años para calderas a gas domesticas de hasta 70 kW y anualmente para potencias superiores.
También se recomienda no abusar de la calefacción. Además de ser perjudicial para la salud, cada grado que aumenta la temperatura consume entre un 5 por ciento y un 7 por ciento más. También es conveniente apagar la calefacción por la noche y no encenderla por la mañana hasta que el hogar esté ventilado y las ventanas cerradas. Otra cosa a tener en cuenta es que hay que procurar mantener una temperatura constante entre 21 y 23ºC. Es la temperatura más eficiente. Para dormir es suficiente una temperatura entre 17º y 18ºC. Instalar un termostato para regular la climatización del hogar es una buena idea y se puede ahorrar un 15 por ciento de energía usando termostatos programables.
Tampoco es una buena idea tapar los radiadores, su ubicación ideal es debajo de las ventanas porque el aire que se filtra ayuda a distribuir el calor. También se pueden aprovechar las persianas como elementos de ahorro como subirlas durante el día para que entre la luz del sol y caliente la casa de forma natural y bajarlas por la noche para proteger la casa del frío. Reforzar el aislamiento de las ventanas también es de gran ayuda para mantener el calor ya que el 40 por ciento de las fugas se produce por ventanas y cristales. Además, antes de que empiece el invierno conviene purgar los radiadores, ya que el aire no calienta, sino el agua que libremente tiene que circular por los mismos.