En este artículo vamos a hablarte sobre los beneficios que tiene instalar una caldera de condensación, para que sepas porqué es así. El gas natural es el combustible más utilizado en España debido a la red de suministro y rapidez con la que proporciona confort en las casas. Y es que hay cosas que tienes que saber cómo que las calderas de condensación son las calderas más eficientes por su funcionamiento, excelente rendimiento energético y también porque contaminan menos. Las calderas de gas están pensadas para aprovechar al máximo la energía y de todas ellas, las calderas de condensación, por su propio funcionamiento, son las que más rendimiento obtienen.
Esto se debe a que aprovechan al máximo el calor de los humos de los productos de la combustión mediante la condensación de vapor de agua, trabajando a menores temperaturas y reduciendo, por ello, las pérdidas por distribución. La caldera de condensación permite la disminución de la temperatura del agua, por lo que implica menor consumo energético y además quema combustible en función de la demanda real instantánea de la instalación y de la temperatura exterior. El calor de los humos de la combustión se aprovecha en la propia caldera, que de otra forma se desperdiciaría.
Todavía se pueden comprar más tipos de calderas que hay en el mercado, pero desde septiembre de 2015 que entró en vigor la directiva Erp de ecodiseño solo se pueden fabricar calderas de condensación, ya que obtienen mejores rendimientos estacionales con menor número de emisiones contaminantes. Por otro lado también es obligatorio mostrar la etiqueta energética, con información sobre el producto, y las calderas de condensación obtienen una clasificación energética de tipo A. Y es que la normativa europea ErP exige la comercialización de calderas energéticamente eficientes como son las de condensación. Las calderas de condensación emiten menos gases contaminantes y son más respetuosas con el medio ambiente.
También hay que tener en cuenta que las calderas convencionales pueden ser de tipo estancas o atmosféricas, trabajan a temperaturas de combustión muy elevadas por lo que eso también aumenta el consumo de combustible. Las calderas de condensación, en cambio, al aprovechar el calor de la condensación del agua de los humos alcanzan rendimientos energéticos muy elevados y consumen menos energía. Frente a una caldera tradicional que alcanza un rendimiento energético del 80 por ciento, las calderas de condensación alcanzan una eficiencia energética estacional de más de un 90 por ciento. Además, estas calderas adaptan su potencia de funcionamiento a las necesidades de la instalación, evitando arranques y paros continuos. Esto también provoca que gasten menos combustible y que ahorren energía.